sábado, 30 de mayo de 2009

Tras la Huella y los 3 Sacerdotes Suspendidos

POSICIÓN DE TRAS LA HUELLA DEL MAESTRO
ANTE LA CADENA DEL PASADO VIERNES 15 DE MAYO CON LOS TRES SACERDOTES SUSPENDIDOS POR DESOBEDIENTES A SU IGLESIA


1º) La BENDICIÓN DEL MAR es una tradición porteña muy añeja que se celebra todos los domingos de resurrección. Casi al amanecer, la primera autoridad eclesiástica (entiéndase: el Obispo de la Diócesis de Puerto Cabello), se reúne junto a una gran cantidad de personas en el malecón, allí se realiza una misa y se bendice el mar. Esta ocasión es aprovechada para que todos los pescadores y lancheros se reúnan con sus barcos embanderados y adornados, toquen sus sirenas, lancen cohetes y hagan un gran desfile por las aguas de la bahía del Puerto. Año tras año, personas de diversas partes del país se acercan hasta los muelles porteños para observar esta tradición y recibir la bendición divina. (ver http://historiadepuertocabello.nireblog.com/)
2º) Dado que la Bendición del Mar es una tradición de carácter religioso, no son ni la Alcaldía de Puerto Cabello ni el Alcalde Lacava a quienes compete la realización de tal tradición. Mal podían entonces intentar imponerles a la Diócesis ni al Obispo qué y cómo hacer la Bendición este año; mucho menos traer otros sacerdotes con la malsana intención de dividir a la Iglesia Católica por mezquinos intereses políticos.
3º) Los sacerdotes Edmundo Cadenas, Máximo Ochoa y José Luis Salessi, el primero traído de Trujillo y los demás de Yaracuy, debían haber sabido que estaban violentando algo más que una tradición: desconocieron la competencia y la autoridad de Monseñor Ramón Viloria Pinzón, Obispo de Puerto Cabello. He aquí la razón de la sanción que recibieron, sanción que les será levantada cuando reconozcan su equivocada actuación, pues es inaceptable alegar que “sólo fueron a bendecir el mar” cuando ya había quien lo hiciese, ya que Mons. Viloria nunca se negó a bendecir el mar; a lo que se negó fue a convertir un acto de liturgia en un circo politiquero. De hecho, y para evitar confrontaciones innecesarias, hizo la bendición en la Catedral con la presencia de la mayoría de los feligreses respetuosos de su liturgia y de su fe.
4º) Cuando estos sacerdotes dicen que “fueron sancionados por ser animadores de la fe en las comunidades y ser teólogos de la liberación” mienten descaradamente, pues pretende ocultar la falta cometida. Mienten también al expresar que “no hicieron de la misa un acto político”, ya que los hechos están a la vista de todos. Y tuercen aún más la verdad cuando pretenden escudarse en supuestas faltas del fallecido Cardenal Velasco, de Mons. Porras y del también difunto Cardenal Castillo Lara, dado que aún si estas patrañas fuesen verdad, igual ellos faltaron al realizar una bendición del mar sólo para un sector político y en clara desobediencia.
5º) Y por último, en Tras la Huella del Maestro rogamos a Jesús Eucaristía y a Nuestra Señora del Socorro para que el Espíritu Santo vuelva a iluminar las almas de estos sacerdotes descarriados, para que el amor de Dios llene sus corazones y los lleve de nuevo a la conversión, y para que con la misma humildad de nuestro Señor Jesucristo reconozcan su equivocación y el perdón limpie sus faltas; por eso en pleno elevamos la oración que el propio Jesús nos enseñó:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén”.