sábado, 13 de junio de 2009



TRAS LA HUELLA DEL MAESTRO DA RESPUESTA PUNTUAL

Y BREVE AL SEÑOR MINISTRO DEL INTERIOR

1) La Iglesia Católica, la única fundada por el propio Jesucristo, es algo más que los templos o la Jerarquía y la Feligresía; es todo y es más, pues somos hijos de Dios Padre unidos en hermandad con Dios Hijo en el amor de Dios Espíritu Santo; somos, pues, expresión del amor de Dios.

2) El único discurso que permanentemente ha estado incitando al odio, vociferando, insultando, agrediendo, irrespetando con expresiones soeces y vulgares a todos quienes piensen distinto a ustedes han sido, por más de 10 años, otros a quienes sin la menor duda Ud. conoce mejor.

3) Nada tiene que perdonarle Dios a nuestros Obispos, quienes siguiendo los mandatos divinos SÍ saben lo que dicen, que no es otra cosa que la palabra de Nuestro Señor Jesucristo…

4) Otros son quienes deben pedir perdón al Señor por cosas como: Manipular elecciones universitarias ante una inminente derrota; Inventarle delitos falsos a quien lo derrotó limpiamente en dichos comicios; esto sin mencionar el olímpico desconocimiento del Asilo concedido por otro Estado como El Vaticano. Por eso, y como Dios es amor, por ese mismo amor le pedimos al Padre Celestial que le perdone sus pecados, Sr. Ministro, como deseamos que perdone los nuestros


domingo, 7 de junio de 2009





EL DON DE DIOS (La Trinidad de Nuestra Vida)
Nereo Silanes, del Secretariado Trinitario

Desde la antigüedad, la Iglesia testimonia su veneración por la Santísima Trinidad “no en su ser en sí, sino en la relación con los hombres” (p. 28).

1. Hijos en el Hijo. Así, el proyecto que Dios Padre tiene para los hombres “no ha sido otro que el de asociar a todos los seres humanos en la comunión trinitaria, constituyéndolos hijos en su Hijo encarnado … unidos en el mismo Espíritu de comunión y de amor que une al Padre y al Hijo” (p. 29).

2. Comunión en el Espíritu. La divina revelación nos indica, además, que hay una clara dependencia del Espíritu Santo, la cual es permanente. Por tanto, “El Espíritu concurre con Cristo en la constitución y desarrollo de la Iglesia, juntamente con el Padre. No en vano San Irineo afirma que el Hijo y el Espíritu son ‘como las dos manos del Padre’ a través de las cuales crea y recrea todo” (p. 29).

Se desprende de lo anterior, entonces, que Dios es la Santísima Trinidad, que desde siempre quiso ser nuestra por autodonación, ya que “ha querido ser nuestra, dentro de su absoluta trascendencia, por el bautismo, al comunicársenos tal cual es, para que vivamos su misterio de comunión y familia” (p. 29).

Y lo más importante: no sólo somos imagen de Dios porque poseamos un “ser”, ni porque ese ser sea inteligente y libre, sino porque participamos por naturaleza del propio “ser trinitario”. Así que “Dios Padre … al engendrar al Hijo, en Él y por Él, engendra también a los hombres. Son Dios Padre y Dios Hijo quienes, al amarse mutuamente, nos envuelven en el ‘abrazo de Amor’, que es el mismo Espíritu Santo. Son las tres Personas que introducen al hombreen su propia comunión familiar. La Santísima Trinidad, por lo mismo, es lo más vital, en la existencia del hombre” (p.31)

sábado, 6 de junio de 2009

SANTÍSIMA TRINIDAD





LA SANTÍSIMA TRINIDAD

En el evangelio Jesús nos revela el misterio más grande que existe, es un dogma de fe, es decir, una verdad que debemos creer, si nos llamamos cristianos. Cada vez que rezamos el Credo, decimos creer en un solo y único Dios, que es Padre Creador, que es Hijo Redentor y que es Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida y Santificador.
El misterio de la Santísima Trinidad, es uno de los "misterios escondidos en Dios, -que como dice el Concilio Vaticano II-, si no son revelados, no pueden ser conocidos" Y, aun después de la Revelación, es el misterio más profundo de la fe, que el entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar.
En cambio, el mismo entendimiento, iluminado por la fe, puede en cierto modo, aferrar y explicar el significado del dogma, para acercar al hombre al misterio de la vida íntima del Dios Uno y Trino. Toda la Sagrada Escritura revela esta verdad: "Dios es Amor en la vida interior de una única Divinidad, como una inefable comunión de personas". Son Tres Personas distintas en un sólo Dios, como aprendimos en el catecismo.
El misterio de la Santísima Trinidad es la revelación más grande hecha por Jesucristo. Los judíos adoran la unicidad de Dios y desconocen la pluralidad de personas en la unicidad de la sustancia. Los demás pueblos adoran la multiplicidad de los dioses. El cristianismo es la única religión que ha descubierto, en la revelación de Jesús, que Dios es uno en tres personas. Ante esta revelación divina de su íntima esencia, no nos queda otra cosa que agradecerle esta confianza y adorar a las Tres Personas Divinas.
¿En qué consiste el Misterio?
Sabemos que hay UN SOLO DIOS, en tres personas distintas entre sí, no por su naturaleza -que es la divinidad misma- sí por su obrar en la historia de la salvación. Así decimos que:
 DIOS PADRE, es el "Principio-sin principio"; no fue creado ni engendrado; es por sí sólo el Principio de Vida; es la vida misma, que posee en absoluta comunión con el Hijo y con el Espíritu Santo.
 DIOS HIJO, es engendrado -no creado- por el Padre; Jesús es Hijo eterno y consustancial (de la misma naturaleza o sustancia); Dios es al mismo tiempo Padre, como el que engendra, e Hijo como el que es engendrado.
 DIOS ESPÍRITU SANTO, procede del Padre y del Hijo; es como una "espiración", soplo del Amor consustancial entre el Padre y el Hijo; se puede decir que Dios en su vida íntima es amor, que se personaliza en el Espíritu Santo. .
Diferentes "misiones"
Si quisiéramos identificar a la Santísima Trinidad por sus "misiones" en el tiempo, o atribuciones, diríamos que:
 EL PADRE es el Principio de Vida, de quien todo procede. Se le atribuye la Creación.
 EL HIJO procede eternamente del Padre, como engendrado por Él, y asumió en el tiempo una naturaleza humana por nuestra salvación. Se le atribuye la Redención.
 EL ESPÍRITU SANTO es enviado por el Padre y el Hijo, como también procede de ellos, por vía de voluntad, a modo de amor; se manifestó primero en el Bautismo y en la Transfiguración de Jesús y luego el día de Pentecostés sobre los discípulos; habita en los corazones de los fieles con el don de la caridad (Cf. Ef 4,30). Se le atribuye la Santificación.
Porque el entendimiento humano no es capaz de comprender la esencia divina, no puede penetrar en el misterio de la vida íntima de Dios, sólo puede conocer lo que Dios revela y asumirlo con la fe; se puede aplicar aquí la frase de San Agustín: "Si lo comprendes, no es Dios".
"Que todos sean uno…"
"Te preguntarás: ¿si no lo podemos comprender, para qué entonces quiso Dios revelarnos el gran misterio de la Santísima Trinidad? En el evangelio de San Juan, Jesús ruega al Padre por lo que es su gran deseo:
"Que todos sean uno como Tú, Padre, estás en Mi y Yo en Ti. Sean también uno en nosotros: así el mundo creerá que tú me has enviado". (Jn 17, 21)
Cuando revela el misterio de la Santísima Trinidad, deja ver también las relaciones que hay entre las tres Divinas Personas; aunque esas relaciones son distintas, tampoco dividen la misma y única esencia de Dios.
 El Padre es pura Paternidad.
 El Hijo es pura Filiación.
 El Espíritu Santo es puro Nexo de Amor.
Son relaciones "subsistentes", que en virtud de su impulso vital salen al encuentro una de la otra en una comunión, en la cual la totalidad de la Persona es apertura a la otra.
Es esto, el paradigma supremo de la sinceridad y libertad espiritual a la que deben tender las relaciones interpersonales humanas, siempre tan lejanas a este modelo trascendente.
"El Señor Jesús, cuando ruega al Padre que 'todos sean uno, como nosotros también somos uno' abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás". (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 24).
Compromiso cristiano
"Conocer el misterio de la Santísima Trinidad, nos involucra y compromete para adquirir ciertas actitudes en las relaciones humanas:
"La perfectísima unidad de las tres Personas divinas, es el vértice trascendente que ilumina toda forma de auténtica relación y comunión entre nosotros, seres humanos"
(Juan Pablo II, "Creo en Dios Padre", p.170)
No se trata de que queramos entender el Misterio de la Santísima Trinidad, esto es imposible. Jesús nos reveló ese Misterio para mostrarnos el modelo de lo que deben ser las relaciones humanas de los cristianos. La Iglesia universal nos invita a "glorificar a la Santísima Trinidad", como manifestación de la celebración del Jubileo. No hay mejor forma de hacerlo que revisando las relaciones con nuestros hermanos, para mejorarlas y así vivir la unidad querida por Jesús "que todos sean uno". Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón:
1) La Santísima Trinidad es simbolizada como un triángulo. Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo cada uno es distinto.







También, vemos a la Santísima Trinidad simbolizada como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los tres son "vela", pero son distintos entre sí. Así mismo vemos a la Santísima Trinidad en forma de trébol. cada una de las hojas es "trébol" pero son distintas entre sí.

Persignación
¿Que hacemos al persignarnos? "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, principalmente al principio y al fin de nuestras acciones. Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
 En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
 Y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
 Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la energía para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesucristo.
Algunas personas argumentan que no podemos entender el misterio de la Santísima Trinidad a través de la razón. Esto es cierto, necesitamos de la fe ya que se trata de un misterio. Es un misterio hermoso en el qu Dios nos envía a su Hijo para salvarnos.